top of page

Edición numero 4

Posta? revistA

Todo en un instante

Piel morena y rasgos indios.

Mis dedos conocen tu boca, la cual te hace única e infinita.

Aprendí a recorrer tu cuerpo, besando el roció que crece desde tu interior.

Tu corazón, como un pájaro preso, lo sentía latir impaciente junto al mío cuando nuestras lenguas se trenzaban en furia.

El mundo se detiene en un momento cualquiera.

Los cabellos enmarañados juegan a ser Madres Selvas.

La desesperación cae lenta.

La espera desespera y se pone frágil, al borde del estallido.

Volará por el aire las cenizas de lo que no fue.

Se escucha el murmullo del tiempo, junto al llanto del hijo que nunca tendremos.

Quisiera hablar de pájaros, de mil mariposas o de grillos escondidos entre la nada.

La realidad fue débil, como el último sol de verano.

Y no por eso dejaré de amarte.

 

No

No pienso escribir esta noche.

No pienso porque no quiero.

Tendría que estar pensando en estrellas,  en lo lindo que se ve la luna entre medio de los árboles que se encuentran solos en la plaza.

O del viento que horizontal choca contra mi pelo.

Pero solo pienso en no escribir.

En la negación de no expresar lo que siento por vos.

Me veo en la obligación de  decirle a mi mano que no lo haga.

Dejo mi lápiz.

Miro la hoja y esta escrita.

Ahora, solo deseo no poderlo leer.

Daniel Montojo

bottom of page